400 años: El tiempo que los israelitas esperaron a que Dios los liberara de la esclavitud. Pero luego de salir de Egipto, Dios no los llevó derecho a la Tierra Prometida.
Sino que, acamparon al pie de una montaña mientras Dios instruía a Moisés. Durante ese tiempo la gloria de Dios estuvo en la montaña.
Pero luego de 40 días, los israelitas frustrados por el retraso…rechazaron a Dios y siguieron lo que les agradaba.
Si alguna vez te has sentido frustrado porque una temporada incierta dura más de lo que esperabas, no estás solo.
Esperar puede generar desilusión y frustración. En esos momentos, nos concentramos tanto en las circunstancias que olvidamos que Dios aún tiene el control. Si Dios tiene el control, te preguntarás ¿Dónde está ¿por qué nada ha cambiado?
Aquí tres verdades para recordar:
- En la espera se revela lo que adoras
Cuando los planes de los israelitas se retrasaron, buscaron satisfacción inmediata porque eso era lo que valoraban.
Si no estás satisfecho con tu situación, ¿a quién recurres? En lo que te enfocas revela lo que valoras, lo que a su vez determina lo que adoras.
- El tiempo de espera no es perdido
Dios no estaba reteniendo Su promesa a los israelitas—los estaba preparando para ella.
El tiempo de Dios es diferente al nuestro, y tu espera te esta preparando para los planes y propósitos que Dios tiene para tí.
- Esperar te enfoca en la fidelidad de Dios
La fidelidad de Dios no cambia. El Dios que pacientemente protegió y proveyó a los israelitas, también venció la muerte para que puedas tener vida eterna.
Si te cansas de esperar, mira hacia arriba y mira hacia atrás. Busca la evidencia de la presencia de Dios y recuerda lo que ha hecho por ti. Esto te ayudará a mantener la esperanza.
Esperar en Dios nunca es en vano, porque Aquel que conquistó la muerte aún tiene el control, y trabaja mientras tu esperas.
Medita en la Fidelidad de Dios