Cómo orar: Guía de 6 pasos para la oración

Persona orando

“Oración”. Cuando ves esa palabra, ¿Qué pensamientos o imágenes te vienen a la mente? ¿Te resulta fácil hablar con Dios? ¿O te cuesta orar?

Saber qué decirle a Dios no siempre se siente fácil, y, a veces, la oración se ve abrumada por nuestros conceptos erróneos sobre cómo debería ser una conversación con Dios.

“Ora entonces así…”

Hace 2000 años, Jesús enseñó a sus discípulos a orar así:

Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre,
venga tu reino.
Hágase tu voluntad en la tierra,
como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan cotidiano.
Y perdónanos nuestras deudas,
como también nosotros hemos
perdonado
a nuestros deudores.
Y no nos dejes caer en tentación,
sino líbranos del mal.

MATEO 6:9-13

Este es un ejemplo famoso de cómo orar. Pero ¿cómo lo aplicamos a nuestra vida cotidiana del siglo XXI?

Primero, debemos entender cómo no orar. Antes de enseñar el Padrenuestro, Jesús dijo a Sus discípulos: “Cuando oren, oren a su Padre en privado…” y “no acumulen frases vacías…porque su Padre sabe lo que necesitan antes de que se lo pidan”.

Si Dios ya sabe lo que necesitamos, entonces la oración no es acerca de las cosas que decimos. Si es solo para impresionar a los demás, o solo para marcar una casilla, entonces perdemos el poder de la oración.

La oración es, y será, una conversación activa con Dios. Cuando tenemos esto claro, el Padrenuestro se convierte en un marco liberador que nos ayuda a hablar con Dios a diario.

Aquí una guía de 6 pasos para orar que puede ayudar:

  1. Reenfócate en Dios.
  2. “Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre …”

    Inhala y enfócate en estas palabras: “Padre nuestro que estás en el cielo”.

    Y exhala mientras dices: “Santificado sea tu nombre”.

    Repite esto varias veces y pon atención a algun aspecto del carácter de Dios que llegue a tu mente. Dedica este tiempo a enfocarte en la grandeza de Dios.

  1. Realinea tu voluntad.
  2. “Venga tu reino…”

    Dios siempre está llevando a cabo Su voluntad en la tierra. Reflexiona entonces, sobre esto: cuando alineas tu voluntad con la voluntad de Dios, estás buscando activamente Su Reino.

    Calla todo ruido en tu entorno y pide a Dios que te muestre cómo puedes participar hoy en hacer Su voluntad.

  1. Libera tus preocupaciones.
  2. “Danos hoy nuestro pan de cada día …”

    Imagina que tienes tus manos extendidas frente a ti, como si quisieras que Dios ponga algo en ellas. Cuando das a Dios tus preocupaciones, ¿Qué te da Él a cambio?

    Haz una lista de tus preocupaciones y lee cada una. Y cada vez que lo haces, trata de pedir a Dios, “danos hoy nuestro pan de cada día”

    Sigue haciendo esto todo el tiempo que necesites.

  1. Arrepiéntete y responde.
  2. “Perdónanos … como hemos perdonado …”

    ¿Qué retienes y sabes que debes entregar? ¿Hay algo que debes confesar en este momento? Tal vez una herida que no dejas ir, un comportamiento que estás luchando por cambiar, una adicción que no has podido dejar o un error que sigues cometiendo.

    Dios te invita a ir a Él tal como eres y le respondas. Dile lo que tengas en mente y luego toma un tiempo para escucharlo.

  1. Pide a Dios Su protección.
  2. “… líbranos del maligno …”

    Todos hemos sido rescatados de algo. ¿De qué te ha rescatado Dios?

    Agradece a Dios por Su fidelidad, y dile en qué áreas necesitas ayuda. Ora también en nombre de otros que necesitan protección. Recuerda que aún cuando las situaciones parecen no tener esperanza, no hay nada imposible para Dios.

  1. Alégrate y reflexiona.
  2. Celebra lo que Dios ha hecho en tu vida y busca formas de adorarlo durante el día.

    Luego, dedica unos minutos a reflexionar sobre este tiempo con Dios. ¿Qué te mostró? Agrega a tu Lista de Oración de YouVersion cualquier cosa que se destaque.

Cuando oramos tal como lo hizo Jesús, vamos a tener la intimidad con Dios como la tenía Jesús. Y cuando es la oración la que forma nuestra vida, nos damos cuenta que podemos estar con Dios en todo momento con seguridad, honestidad y confianza.

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Reenfocate en lo importante a través de la oración.

Persona mirando por encima de una cala

Respira profundo…

Silenciar el ruido en nuestras vidas lleva tiempo, esto es una de las razones de la Cuaresma. Hoy, reenfoca tu vida en Jesús orando con nosotros.


Una oración para reenfocarse

Dios, quiero más de Ti.

Con demasiada frecuencia, elijo perseguir cosas momentáneas y Te aparto. Por favor, perdóname y cámbiame. No quiero vivir una vida que no esté enfocada en Ti.

Mientras me preparo para el Domingo de Resurrección, Señor silencia el ruido de mi vida. Muéstrame que debo hacer para reenfocar mi corazón, mente y voluntad solo en Ti.

Examíname, y sondea mi corazón. Limpia mi vida, déjame ver las cosas que Te ofenden y hazme más como Tú. Muéstrame el caminos que conduce a la vida y lléname de gozo en Tu presencia.

Te amo y quiero fijar mis ojos en Ti.

En el nombre de Jesús, amén.

GUARDAR ORACIÓN

Estamos orando por ti este año.

2021

Señor, Tú sabes cuándo me siento y cuándo me levanto; aún a la distancia me lees el pensamiento.

Y este año, haznos más conscientes de Tu voluntad y Tus caminos porque son mejores que los nuestros. Crea en nosotros corazones y mentes limpias, porque nuestro deseo es conocerte más.

Sabemos que eres bueno incluso cuando pasamos por cosas que no son buenas. Así que ayúdanos a confiar en ti. Muéstranos cómo soñar contigo, incluso cuando parezca que soñar no es posible.

Y la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.

Dios te amamos y queremos mantener fijos nuestros ojos en ti. Aquí estamos, Señor. Úsanos, fórmanos. Tus hijos están escuchando.

En el nombre de Jesus,

Amén.

GUARDAR ESTA ORACIÓN

Una oración por alegría

Gozo en el mundo…

Globo

…¡el Señor ha llegado!

No fue la llegada real que se esperaba. Y, aún así, la venida de Jesús cambió todo. En un instante, el Hijo de Dios se convirtió en “Dios con nosotros”, y más de 2000 años después, nuestro cansado mundo todavía se regocija.

Mientras te preparas para Navidad, dedica tiempo hoy y celebra el camino que el humilde nacimiento de Jesús preparó para que nos acerquemos a Él.

Una oración por alegría

Jesús, gracias por ser Emanuel, “Dios con nosotros”. Es por Tí que puedo experimentar el verdadero gozo.

Admito que a veces puede ser difícil estar alegre en medio de una ocupada o difícil época festiva. Pero cuando los problemas de mi corazón son muchos, Tu consuelo me da renovada esperanza y alegría.

Así que hoy, elijo refugiarme en Ti y regocijarme. Cantaré de alegría porque Tú eres mi fuerza y mi salvación. ¡En Tu presencia hay plenitud de gozo! Y gracias a Tu humilde llegada hace más de 2000 años, ahora puedo experimentar el gozo de Tu presencia para siempre. Gracias.

Siempre eres digno de toda gloria, honor y poder, así que no importa lo que enfrente, elegiré adorarte.

En el nombre de Jesús, amén.

ORAR EN LA BIBLIA APP

Dios siempre hace grandes cosas. ¡Démosle gracias!

Cordillera

¿De qué estas agradecido?

“Den gracias a Dios en toda situación, porque esta es su voluntad para ustedes en Cristo Jesús”.

1 Tesalonicenses 5:18

No importa lo que vivas, la bondad y la misericordia de Dios nunca te abandonarán. De hecho, Dios prepara bendiciones para ti en medio de los tiempos difíciles. Pero estas verdades no siempre son fáciles de recordar, por lo que dar gracias es importante.

La gratitud nos ayuda a enfocarnos en el único que puede transformar nuestros problemas para su gloria y para nuestro bien. Ya mismo toma un minuto, haz una pausa y agradece a Dios por todo lo que ha hecho en tu vida.

Una oración de agradecimiento

!Den gracias al Señor, porque él es bueno; su gran amor perdura para siempre! Incluso en los tiempos más duros, siempre tengo una razón para adorarle.

¡Gracias por darme victoria y vida abundante en Jesucristo! Aunque no lo merezco, me cubres con tu amor incondicional y tu perdón.

Y sin importar lo que me depare el futuro, gritaré de alegría porque Tú estás conmigo. Tú me consuelas y me bendices en presencia de mis enemigos. Nada se compara contigo y ningún arma puede oponerse a ti. ¡En todo esto, soy más que vencedor por medio de ti!

Padre, sé glorificado por mí. Sean pues aceptables ante ti mis palabras y mis pensamientos, oh Señor, roca mía y redentor mío.

Quiero que mi vida te alabe.

En el nombre de Jesús, amén.

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