Recursos para tu Familia

Semana de la Familia

Cada día enfrentas nuevas formas para guiar espiritualmente a tu familia a través de conversaciones y actividades intencionales.

Esto no es siempre fácil, pero tu compromiso con el crecimiento espiritual de tu familia tendrá un impacto duradero. Y así como tu das amor a las personas que amas, nosotros también queremos dartelo.

Aquí tenemos algunos recursos que hemos creado donde podrás encontrar aliento y apoyo.

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disfruta la Palabra de Dios…

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Cómo hallar la voluntad de Dios

Brújula

¿Qué quiere Dios que hagas con tu vida? Tal vez ya tienes idea de cuál es tu llamado, pero necesitas confirmación. No estás seguro de cuál es la voluntad de Dios … o tal vez, aún estás tratando de entender cómo es en realidad una relación personal con Dios.

En última instancia, la única forma de conocer la voluntad de Dios es dedicando tiempo para conocerlo. Al acercarnos a Dios, Su guía se hace evidente. ¿Entonces cómo hacemos eso?

No hay una forma correcta, pero hay pasos que podemos seguir y ayudan.

Aquí 4 pasos que ayudan a encontrar la voluntad de Dios:

Buscar a Dios en la Oración

Piensa en una conversación reciente con un amigo cercano. Si se conocen desde hace tiempo, ya saben lo que les gusta y lo que no les gusta. No necesitan preguntar porque cuanto más cerca estás de alguien, más lo entiendes.

Lo mismo ocurre en nuestra relación con Dios. Conocer la voluntad de Dios viene de tener conversaciones honestas con Él. Por eso tenemos que formar el hábito de hablar regularmente con Él, acerca de todo.

Orar no es solo preguntarle a Dios qué quiere Él que hagamos, sino saber quién es Dios.

Ora con nosotros


Escudriñar las Escrituras

La voluntad de Dios para tu vida nunca contradice lo escrito en las Escrituras. Así que a medida que conoces a Dios con la oración, familiarízate con Su Palabra.

Cuanto más estudies la Biblia, más tus deseos reflejarán la voluntad de Dios. Y cuando esto sucede, podrás pedir con confianza a Dios cualquier cosa, y él te escuchará.


Escuchar al Espíritu Santo

Escuchar al Espíritu Santo a menudo requiere silenciar tu alrededor. Cuando te deshagas de las distracciones y dejes esos temores que te obsesionan, empezarás a notar la paz de la presencia de Dios en tus circunstancias actuales.

Así que mientras oras y escudriñas las Escrituras, pide a Dios que te revele todo lo que necesitas entregarle y te muestre aquello a lo que necesitas prestar atención. Deja que el Espíritu Santo te guíe en este proceso y recuerda que: puedes sentirse inseguro y aún experimentar la paz de Dios.


Busca confirmación con personas sabias

La última palabra sobre cuál es la voluntad de Dios debe provenir de Dios, pero es prudente buscar consejo externo confiable. Considera hablar con personas maduras en la fe para que te den un “consejo sabio”. Pídeles que te ayuden a entender el Plan de Dios para tu vida.

Este paso debe realizarse junto con los anteriores. El buscar el consejo sabio debe confirmar lo que sientes que Dios te está diciendo, no reemplaza el hablar con Dios directamente.

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¿Y ahora que?

Puede que no siempre lo hagas bien, pero cuanto más intentes comprender la voluntad de Dios, más fácil será. Dios te creó con un propósito, y quiere que participes en ver Su Reino ser “en la tierra como en el cielo.”

Cuando tus deseos se alinean con los de Dios, puedes confiar en que harás lo correcto. Aplicar estos pasos te ayudarán a lograrlo. Este será un compromiso de por vida que implica buscar a Dios todos los días.

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Cómo orar: Guía de 6 pasos para la oración

Persona orando

“Oración”. Cuando ves esa palabra, ¿Qué pensamientos o imágenes te vienen a la mente? ¿Te resulta fácil hablar con Dios? ¿O te cuesta orar?

Saber qué decirle a Dios no siempre se siente fácil, y, a veces, la oración se ve abrumada por nuestros conceptos erróneos sobre cómo debería ser una conversación con Dios.

“Ora entonces así…”

Hace 2000 años, Jesús enseñó a sus discípulos a orar así:

Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre,
venga tu reino.
Hágase tu voluntad en la tierra,
como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan cotidiano.
Y perdónanos nuestras deudas,
como también nosotros hemos
perdonado
a nuestros deudores.
Y no nos dejes caer en tentación,
sino líbranos del mal.

MATEO 6:9-13

Este es un ejemplo famoso de cómo orar. Pero ¿cómo lo aplicamos a nuestra vida cotidiana del siglo XXI?

Primero, debemos entender cómo no orar. Antes de enseñar el Padrenuestro, Jesús dijo a Sus discípulos: “Cuando oren, oren a su Padre en privado…” y “no acumulen frases vacías…porque su Padre sabe lo que necesitan antes de que se lo pidan”.

Si Dios ya sabe lo que necesitamos, entonces la oración no es acerca de las cosas que decimos. Si es solo para impresionar a los demás, o solo para marcar una casilla, entonces perdemos el poder de la oración.

La oración es, y será, una conversación activa con Dios. Cuando tenemos esto claro, el Padrenuestro se convierte en un marco liberador que nos ayuda a hablar con Dios a diario.

Aquí una guía de 6 pasos para orar que puede ayudar:

  1. Reenfócate en Dios.
  2. “Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre …”

    Inhala y enfócate en estas palabras: “Padre nuestro que estás en el cielo”.

    Y exhala mientras dices: “Santificado sea tu nombre”.

    Repite esto varias veces y pon atención a algun aspecto del carácter de Dios que llegue a tu mente. Dedica este tiempo a enfocarte en la grandeza de Dios.

  1. Realinea tu voluntad.
  2. “Venga tu reino…”

    Dios siempre está llevando a cabo Su voluntad en la tierra. Reflexiona entonces, sobre esto: cuando alineas tu voluntad con la voluntad de Dios, estás buscando activamente Su Reino.

    Calla todo ruido en tu entorno y pide a Dios que te muestre cómo puedes participar hoy en hacer Su voluntad.

  1. Libera tus preocupaciones.
  2. “Danos hoy nuestro pan de cada día …”

    Imagina que tienes tus manos extendidas frente a ti, como si quisieras que Dios ponga algo en ellas. Cuando das a Dios tus preocupaciones, ¿Qué te da Él a cambio?

    Haz una lista de tus preocupaciones y lee cada una. Y cada vez que lo haces, trata de pedir a Dios, “danos hoy nuestro pan de cada día”

    Sigue haciendo esto todo el tiempo que necesites.

  1. Arrepiéntete y responde.
  2. “Perdónanos … como hemos perdonado …”

    ¿Qué retienes y sabes que debes entregar? ¿Hay algo que debes confesar en este momento? Tal vez una herida que no dejas ir, un comportamiento que estás luchando por cambiar, una adicción que no has podido dejar o un error que sigues cometiendo.

    Dios te invita a ir a Él tal como eres y le respondas. Dile lo que tengas en mente y luego toma un tiempo para escucharlo.

  1. Pide a Dios Su protección.
  2. “… líbranos del maligno …”

    Todos hemos sido rescatados de algo. ¿De qué te ha rescatado Dios?

    Agradece a Dios por Su fidelidad, y dile en qué áreas necesitas ayuda. Ora también en nombre de otros que necesitan protección. Recuerda que aún cuando las situaciones parecen no tener esperanza, no hay nada imposible para Dios.

  1. Alégrate y reflexiona.
  2. Celebra lo que Dios ha hecho en tu vida y busca formas de adorarlo durante el día.

    Luego, dedica unos minutos a reflexionar sobre este tiempo con Dios. ¿Qué te mostró? Agrega a tu Lista de Oración de YouVersion cualquier cosa que se destaque.

Cuando oramos tal como lo hizo Jesús, vamos a tener la intimidad con Dios como la tenía Jesús. Y cuando es la oración la que forma nuestra vida, nos damos cuenta que podemos estar con Dios en todo momento con seguridad, honestidad y confianza.

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Cómo utilizar bien tu tiempo:

Puesta del sol sobre el agua

Examíname oh Dios, y sondea mi corazón; ponme a prueba y sondea mis pensamientos. Fíjate si voy por mal camino, y guíame por el camino eterno.

Salmo 139:23-24

Para y respira. Y mientras lo haces reflexiona sobre el año pasado. ¿Qué ha hecho Dios en tu vida desde la Pascua del 2020?

Cuando vives una temporada larga, se hace fácil olvidar lo que Dios está haciendo en medio de tus circunstancias. Esta es una razón por las que reflexionar en la Palabra de Dios es tan importante: nos ayuda a reducir la velocidad y recordar que Dios es fiel en cada etapa de la vida.

Mientras te alistas para el Domingo de Resurrección, dedica un tiempo para meditar sobre la fidelidad de Dios estudiando el Versículo del Día.

Aquí tres formas de hacerlo:

Si tienes cinco minutos…

Abre tu Biblia App, busca el Versículo del Día. Y antes de iniciar la lectura, pide a Dios que te permita ver lo que Él desea mostrarte. Luego, lee el versículo lentamente, dando toda tu atención a cualquier palabra que llame tu atención.

Pregúntate: ¿Qué me revela este versículo sobre el carácter de Dios? ¿Cuál es el punto principal de este pasaje? ¿Cómo puedo aplicar esto a mi vida diaria?

Al final de este tiempo pide a Dios que te ayude a reflexionar sobre este versículo a través del día.

Si tienes quince minutos…

Una vez que hayas leído el Versículo del Día, toca “Comparar versiones” y selecciona 3-5 versiones para comparar. Lee cada versión y presta atención a las variaciones de idioma. Permite que las diferencias te den una comprensión más amplia del versículo.

Pregúntate: ¿Cómo se aproxima cada versión al texto? ¿Qué aprendo acerca de Dios al comparar versiones? ¿Qué palabras o frases me llaman la atención?

Escribe todo lo que Dios te muestre y luego pídele que te ayude a aplicar este versículo a tu vida.

Si tienes treinta minutos…

Dedica los primeros cinco minutos a recordar cualquier inquietud o problema que compita por tu atención. Pídele a Dios que te muestre verdades en Su Palabra; luego lee lentamente el Versículo del Día y compara versiones.

Una vez hecho esto, escribe el versículo en Descubrir para ver los recursos relacionados. Elige un recurso para estudiar como parte de tu tiempo de reflexión.

Pregúntate: ¿Qué perspectiva ofrece este recurso? ¿Cómo influye o confirma lo que Dios me ha estado mostrando a través del versículo de hoy? ¿Qué me resuena y cómo puedo aplicarlo a mi vida?

Una vez has terminado, escribe 2-3 conclusiones sobre las Escrituras que has estudiado. (Puedes incluso probar este método de estudio)


Una vez terminado tu tiempo de reflexión, dedica unos minutos a pedirle a Dios que te recuerde a lo largo del día todo lo que has aprendido. Repite este proceso cada día hasta el Domingo de Resurrección.

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