Imagínese el Espíritu de Dios moviéndose sobre la faz de la tierra. Todo es oscuro y desordenado hasta que Dios dice las palabras: “Hágase la luz”. En un instante todo cambia. La luz atraviesa la oscuridad y lo que antes era invisible ahora se ve claramente. Eso es lo que hace el Espíritu de Dios. Siempre cercano, siempre cerca, siempre iluminando lo que una vez estuvo cubierto de tinieblas.
Estaba allí con Moisés, guiando a los israelitas por el desierto. Estaba allí con David, dándole poder para derrotar a Goliat. Estaba con el profeta Isaías, dándole las palabras a decir sobre la venida de Jesús. Él estaba allí con Jesús, apartándolo como Hijo de Dios. Y el Espíritu Santo de Dios aún está aquí. Ahora, todo el que crea en Jesús puede experimentar la fuerte presencia del Espíritu Santo.
Pero, ¿qué significa realmente eso? ¿Cómo se ve experimentar el Espíritu Santo?
Hay evidencia a lo largo de las Escrituras de que el Espíritu Santo dio poder a ciertas personas para participar en Sus planes y recordar a otros Su propósito. Pero la muerte sacrificial de Jesús y Su resurrección milagrosa lo cambiaron todo. Por primera vez en la historia, cualquiera que elige creer en Jesús recibe Su Espíritu Santo.
El don del Espíritu Santo todavía está disponible para todo el que crea en Jesús. Y al recibir ese don, Dios nos el poder para vivir de una forma que lo honre y refleje su carácter. Así, cuando le pedimos a Dios que se acerque a nosotros, nos hacemos más conscientes de la presencia y el poder de Dios en nuestras vidas. Lo que significa que aún en los momentos más oscuros, realmente nunca estamos solos. El Espíritu Santo está más cerca de ti que tu propio aliento.
No importa tu situación o antecedentes, cuando perteneces a Cristo, Su Espíritu Santo está contigo en todo momento, dándote poder, fortaleciéndote, y orando por ti. Él comprende tus necesidades porque te comprende a ti.
Y debido a que Dios te comprende, siempre está trabajando por ti para tu bien y Su gloria. Esto no significa que no tendrás sufrimiento o dificultades. Pero incluso en medio de las pruebas, Dios, a través del poder de su Espíritu Santo, seguirá acercándote más a Él.
Aún cuando estás en tu punto más débil, no hay nada que Dios no pueda hacer a través de ti cuando Su Espíritu Santo vive en ti.
Nunca estás lejos de la presencia de Dios. Cuando tomas la decisión de aceptar a Jesús como el Hijo de Dios resucitado, obtienes todos los beneficios que esto da, incluido el Espíritu Santo que está contigo siempre.
Así que toma un momento y hazte estas preguntas de reflexión:
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¿Creo que Jesús es Dios?
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¿He pedido a Jesús que cambie mi vida?
Si tu respuesta es un “sí” a ambas preguntas, entonces tiene acceso al Espíritu Santo de Dios. Pero el tener acceso a Dios y pasar la vida con Dios son cosas completamente diferentes.
Cuando obedecemos a Dios porque amamos y reconocemos a Jesús como el Señor de nuestras vidas, permitimos que el Espíritu Santo prospere en nuestras vidas. Por esto, vivir una vida llena del Espíritu requiere buscar a Dios todos los días.
Es a través del tiempo intencional con Dios que encuntras cómo amarlo, amar a los demás y hacer discípulos. Al conocer el carácter de Dios, te familiarizas con el poder, presencia y autoridad de Su Espíritu. Y es a través del poder del Espíritu Santo que te das cuenta de cómo tus acciones y elecciones afectan tu relación con Dios y con otras personas.
En resumen, el Espíritu Santo está disponible para todos los que se conviertan en seguidores de Cristo, y Él quiere empoderarte para vivir de una manera digna del llamado que Dios te ha hecho.
Si deseas descubrir cómo vivir una vida llena del Espíritu, una vida que honra a Dios e inspira a otros, toma un tiempo a leer Gálatas 5: 22-23. Luego, cuando estés listo, ora a través del fruto del Espíritu en esta publicación del blog.
Ore a través del fruto del Espíritu
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